🔍 INFORME FORMATIVO A2J
Protección Contra Incendios en USO GARAJE 🚗🚨
Este informe presenta un estudio técnico completo y actualizado sobre las obligaciones, sistemas y riesgos vinculados a la Protección Contra Incendios (PCI) en garajes, en el marco de la normativa española (CTE, RIPCI, RSCIEI) y comparativas internacionales.
📘 Capítulo 1: Clasificación de Tipos de Garajes y Diferencias Normativas
Tipo de Garaje | Normativa Principal | Características Clave |
---|---|---|
🔑 Garaje residencial privado | CTE DB-SI (riesgo especial bajo) | ≤ 100 m², 1 extintor, puerta EI2 60-C5 |
🏢 Garaje comunitario | CTE DB-SI (uso aparcamiento) | > 100 m², BIE, detección, columna seca |
🏬 Garaje de uso público | CTE DB-SI + requisitos por concurrencia | Más evacuación, compartimentación EI-120 |
🛠️ Taller mecánico | RSCIEI (actividad industrial) | Sectorización EI-120, ATEX, detección y extinción avanzada |
🤖 Garaje robotizado | CTE DB-SI (caso especial) | Sin evacuación humana, con rociadores obligatorios |
🛠️ Capítulo 2: Sistemas Requeridos de Protección Contra Incendios
Garajes Convencionales (CTE DB-SI)
- 🔥 Extintores 21A-113B a < 15 m.
- 💦 BIE 25 mm si > 500 m².
- 🔔 Detección automática si > 500 m².
- 📣 Pulsadores manuales a < 25 m.
- 🌬️ Ventilación mecánica según UNE 23585.
- 🚒 Columna seca si > 3 sótanos.
- 💧 Hidrantes si > 1.000 m².
Talleres Mecánicos (RSCIEI)
- Extintores de polvo/CO₂ clase B.
- BIE 25 mm (media carga de fuego).
- Detección y alarma obligatoria (según riesgo).
- Rociadores o espuma si riesgo alto.
- Ventilación ATEX en fosos, separación EI-120.
Garajes Robotizados
- Rociadores obligatorios en todo el volumen.
- Pulsadores manuales (sin detectores).
- Ventilación forzada ≥ 3 r/h.
🧠 Capítulo 3: Conocimiento Detallado Profesional
Se describe en profundidad el uso, mantenimiento, normativa UNE y funcionamiento de:
- 🔴 Extintores portátiles (UNE-EN 3)
- 💦 Bocas de incendio equipadas (UNE-EN 671-3)
- 🔔 Detección y alarma (UNE 23007-14, EN 54-2, 5, 7)
- 🚒 Columnas secas (UNE 23007-14, UNE 23500)
- 💧 Hidrantes (UNE 23500, UNE 23-090)
- 🌧️ Rociadores automáticos (UNE-EN 12845)
- 🌫️ Ventilación y SCTEH (UNE 23585)
- 🟢 Señalización y emergencia (UNE 23033-1, 23034, 23032)
Cada instalación incluye: ✅ Función principal 🛠️ Mantenimiento legal según RIPCI 📚 Normas técnicas de referencia ⚠️ Riesgos asociados y errores frecuentes
⚡ Capítulo 4: Peligros Típicos en Garajes 🔥
Generales:
- Alta carga térmica (plásticos, neumáticos).
- Acumulación de humos tóxicos (CO, cianuros).
- Rápida propagación entre vehículos.
Talleres:
- Líquidos inflamables, vapores, soldadura.
- Riesgo eléctrico (baterías, cargadores).
Garajes públicos:
- Alta ocupación y desconocimiento del entorno.
- Riesgo de pánico y evacuación deficiente.
Robotizados:
- Detección tardía.
- Dificultad de acceso para bomberos.
Coches eléctricos (V.E.):
- Fuga térmica, reencendido.
- Fuego de batería extremadamente agresivo.
📈 Capítulo 5: Situación Actual y Tendencias en España
✅ CTE y RIPCI consolidan una regulación clara. ✅ Se instalan cada vez más rociadores y SCTEH inteligentes. 🔍 Incendio de Alcorcón (2023) como punto de inflexión sobre V.E. 🔧 Aumento de inspecciones, formación y cultura PCI. 🚀 Nuevas tecnologías: nebulización, detección multisensorial, mantas ignífugas, robots PCI.
🌍 Capítulo 6: Comparativa con Otras Normativas
Aspecto | España | EE.UU. (NFPA 88A) | Europa |
Rociadores | Obligatorios solo en robotizados | Obligatorios siempre | Parcial según país |
Detección | >500 m² | No si hay sprinklers | Variable |
BIE / Standpipe | BIE 25 mm + columna seca | Standpipe Clase I | RIA/BIE (Francia), sólo bomberos (UK) |
Ventilación | SCTEH según UNE 23585 | Ventilación + purga | Ventilación forzada (EN12101) |
Resistencia estructural | EI-120 (estándar) | 2h si cerrado, menor en abiertos | EI-120 común, salvo en UK |
📚 Bibliografía Normativa
- 📘 CTE DB-SI (RD 314/2006)
- 📘 RIPCI (RD 513/2017)
- 📘 RSCIEI (RD 2267/2004)
- 📘 UNE: 23007-14, 23585, 23500, 23120, 23033, EN 12845, EN 671-3
- 📘 NFPA 88A / IBC (USA), CFPA Europe, UK Approved Document B
Protección contra incendios en garajes: normativa española y análisis comparativo
1. Clasificación de tipos de garajes y diferencias normativas
En España, la normativa distingue varios tipos de garajes en función de su uso y características, lo cual afecta a las exigencias de protección contra incendios:
- Garajes residenciales privados: Son los garajes vinculados a viviendas (unifamiliares o en edificios residenciales). Si su superficie es muy reducida (por ejemplo, un garaje doméstico de menos de 100 m² para pocos vehículos), la normativa los considera un local de riesgo especial bajo, aplicando requisitos mínimos (p. ej., al menos un extintor y cierta resistencia al fuego en la puerta)codigotecnico.org. En garajes de comunidades de vecinos con más plazas (superficie >100 m²), ya se clasifican como “Uso Aparcamiento” con todas las exigencias del CTE DB-SI aplicablesprevencion.asepeyo.es. Por ejemplo, la puerta que comunica un garaje de vivienda con la zona habitable debe resistir el fuego EI2 60-C5 (60 minutos) para evitar la propagación de incendios al resto de la vivienda.
- Garajes de uso público: Son estacionamientos accesibles al público general (aparcamientos comerciales, municipales, etc., a menudo de gran tamaño). Normativamente también se engloban en “Uso Aparcamiento” y siguen las mismas exigencias básicas que los comunitarios, aunque por sus mayores dimensiones y ocupación suelen requerir medidas de protección adicionales. Deben compartimentarse del resto del edificio con elementos EI-120 y vestíbulos de independencia si están integrados con otros usos codigotecnico.org. Además, tratándose de locales de pública concurrencia, deben considerarse las mayores cargas de ocupación en el diseño de evacuación (ej. más salidas de emergencia, señalización más visible, etc.). Un punto importante es que, si el garaje público es abierto (con amplias aberturas al exterior), puede acogerse a criterios de ventilación natural que relajen ciertas medidas, mientras que uno completamente cerrado (cubierto o subterráneo) requerirá sistemas mecánicos de control de humos más estrictoscottesgroup.com.
- Talleres mecánicos (garajes industriales): Los talleres de reparación de vehículos, aunque alojan coches, no se rigen por el CTE sino por el Reglamento de Seguridad contra Incendios en Establecimientos Industriales (RSCIEI) al ser actividades industriales. El RSCIEI clasifica los talleres según su nivel de riesgo intrínseco (en función de la carga de fuego, tamaño, procesos, etc.) y establece las medidas acordesigesur.comigesur.com. Por ejemplo, un pequeño taller con poca carga combustible puede ser de “riesgo bajo” (exigiendo extintores y poco más), pero un taller grande con pintura, soldadura u otros combustibles podría clasificarse de “riesgo medio o alto”, requiriendo detección automática, BIEs e incluso rociadores o sistemas de espuma si el riesgo es elevado. En todo caso, se exige sectorizar adecuadamente el taller (p. ej. paredes EI-120 separándolo de oficinas u otros locales) y evacuar eficazmente los gases combustibles (por ejemplo, extracción en fosos para evitar acumulación de vapores inflamables). La puerta cortafuegos que separa un taller mecánico (considerado local de riesgo especial) de otras zonas debe ser más resistente, típicamente EI2 90-C5. En resumen, los talleres mecánicos tienen normativa específica por su peligrosidad: presencia de líquidos inflamables (gasolina, aceites, disolventes), posibles atmósferas explosivas y focos de ignición (herramientas eléctricas, soldaduras), lo que exige medidas preventivas y protectoras más rigurosas que las de un garaje de simple estacionamiento.
- Garajes automatizados (robotizados): Son aparcamientos en los que no entran personas, solo máquinas: un sistema mecánico o robot mueve los vehículos hasta su plaza. El CTE los reconoce como caso particular y les aplica criterios diferenciados. No se exige el cumplimiento estricto de las condiciones de evacuación humana del DB-SI, ya que normalmente no hay ocupantes dentroprevencion.asepeyo.es. Sin embargo, se deben prever medios de escape de emergencia para el personal de mantenimiento que pudiera estar dentro (por ejemplo, escaleras de servicio, salidas de emergencia) conforme indique la autoridad competenteprevencion.asepeyo.es. Al no haber personas de forma habitual, el riesgo para la vida es menor, pero sigue existiendo riesgo para los bienes y los servicios de bomberos. Por ello, la normativa impone medidas compensatorias más exigentes en protección activa: en todos los garajes robotizados se requiere instalar rociadores automáticos de extinciónprevencion.asepeyo.es, y un sistema mecánico de extracción de humos capaz de al menos 3 renovaciones de aire por horacottesgroup.com. También se exime a estos garajes de algunas instalaciones pensadas para uso por ocupantes (por ejemplo, no se exigen BIE dentro del área robotizada)prevencion.asepeyo.es, aunque sí deben tener pulsadores de alarma manual accesibles para personal de mantenimientoprevencion.asepeyo.es. En resumen, la filosofía normativa para aparcamientos robotizados es: menos énfasis en evacuación de personas, más énfasis en extinción automática y control del incendio en su fase inicial.
2. Medios de protección contra incendios requeridos según el tipo de garaje
La normativa vigente (CTE DB-SI Sección SI 4, complementada por RIPCI y normas UNE) establece distintos sistemas de protección contra incendios en función del tipo y tamaño del garaje. A continuación se resume qué instalaciones son exigidas típicamente en cada caso, con referencia a las condiciones normativas:
- Garajes convencionales (residenciales comunitarios o públicos): Deben contar, como mínimo, con extintores portátiles adecuados (de clase 21A-113B), distribuidos de forma que haya uno a menos de 15 m de distancia de cualquier origen de evacuación. Si el garaje tiene más de 500 m² de superficie construida, se exige instalar bocas de incendio equipadas (BIE) de 25 mm distribuidas estratégicamente prevencion.asepeyo.es. (Para garajes de ≤500 m² no se obligan BIE según el CTE, aunque pueden imponerse por normativa autonómica o por diseño de seguridad). Adicionalmente, en garajes de varias plantas se requiere una columna seca para uso de bomberos si el garaje supera los 3 niveles bajo rasante o 4 sobre rasante prevencion.asepeyo.es. En cuanto a detección de incendios, es obligatoria la instalación de un sistema automático de detección y alarma cuando el garaje excede los 500 m² prevencion.asepeyo.es. Este sistema suele consistir en detectores distribuidos por el techo que activan alarmas sonoras; en los garajes, normalmente se emplean detectores de humo o de calor adecuados para evitar falsas alarmas por polvo o gases de escape. Deben además colocarse pulsadores manuales de alarma junto a las salidas, para que cualquier persona que descubra un fuego pueda activar la alarma (el RIPCI fija un máximo de 25 m de recorrido hasta el pulsador más cercano y una altura de 1,2 m del suelo para estos dispositivos boe.esboe.es ). Si la superficie construida del garaje supera los 1.000 m², es preceptivo contar con hidrantes exteriores (al menos uno hasta 10.000 m², y uno adicional por cada fracción de 10.000 m²) prevencion.asepeyo.es. Para el cómputo de hidrantes se pueden tener en cuenta los de la vía pública a menos de 100 m de la fachada, si existieran prevencion.asepeyo.es. En general, en garajes convencionales no son obligatorios los rociadores automáticos según el CTE (a diferencia de lo que sucede en algunos países), salvo que por otras condiciones del edificio fueran exigibles – por ejemplo, si el garaje forma parte de un edificio de gran altura o gran superficie, el DB-SI podría requerir una “instalación automática de extinción” por exceder 5.000 m² o 28 m de altura de evacuación prevencion.asepeyo.es . No obstante, la instalación de rociadores en garajes cerrados de gran capacidad se considera una mejora voluntaria muy recomendable, ya que puede suprimir el incendio rápidamente evitando propagación. En cualquier caso, todo garaje cerrado (no considerado “aparcamiento abierto”) debe poseer un sistema de control y evacuación de humos: típicamente ventilación forzada mediante extractores mecánicos que en caso de incendio mantengan el humo estratificado por encima de las vías de evacuación cottesgroup.com. Este sistema de ventilación se activa con los detectores o mediante sensores de monóxido/temperatura, y resulta crucial para garantizar que las personas puedan evacuar con visibilidad y aire respirable suficiente.
- Talleres mecánicos (establecimientos industriales): En los talleres de reparación de vehículos las exigencias varían según el nivel de riesgo definido por el RSCIEI. Para todos, se requiere al menos extintores portátiles adecuados al fuego de líquidos inflamables (clase B) en las zonas de trabajo (por ejemplo, extintores de polvo ABC de 6 kg o CO₂ de 5 kg para fuegos de aceites). Si el taller almacena combustibles o cuenta con un foso, normalmente se exige también un sistema fijo de extinción para esas áreas de especial peligro (por ejemplo, rociadores o sistema de espuma en un almacén de combustibles, o un sistema de CO₂ en un foso si hay vapores de gasolina, de acuerdo con UNE 23568 de protección de fosos). En talleres medianos o grandes, el RSCIEI suele exigir un sistema automático de detección y alarma (detectores de humo o calor) para aviso temprano, así como BIE de 25 mm si la carga de fuego o superficie supera ciertos umbrales de “riesgo medio”. En talleres clasificados de riesgo intrínseco alto, la normativa industrial casi siempre exige rociadores automáticos u otro sistema fijo de extinción apropiado, además de detección, BIE, columna seca y hidrantes exteriores en función del tamaño de la nave. En resumen, un taller mecánico grande puede terminar teniendo una dotación similar a la de una nave industrial: extintores, BIE, detección, alarma de evacuación, rociadores/agua pulverizada o espuma, ventilación de emergencia de humos y cortafuegos separando zonas de diferente riesgo. Todas estas instalaciones deben cumplir lo indicado en el RSCIEI y normas UNE aplicables igesur.com, y su diseño parte de la evaluación de riesgos particulares del taller (cantidad de vehículos, presencia de pinturas o disolventes, zonas de soldadura, etc.).
- Garajes robotizados: Como se mencionó, tienen requisitos particulares. Siempre deben tener rociadores automáticos cubriendo todo el volumen del aparcamiento robotizado prevencion.asepeyo.es, dado que no habrá respuesta manual inicial al fuego. También, a diferencia de un garaje convencional, no se exigen detectores de incendio automáticos distribuidos por el recinto (puesto que podría activarlos el humo de escape de vehículos en movimiento si los hubiera); en su lugar, se deben instalar pulsadores manuales de alarma en puntos accesibles (por ejemplo, en la entrada del personal de mantenimiento o en la sala de control) prevencion.asepeyo.es. No se instalan BIE dentro de la zona robotizada (no tendría sentido sin personas que las manejen) prevencion.asepeyo.es, aunque sí es necesario que el edificio cuente con columna seca y/o hidrantes para que bomberos puedan intervenir. La ventilación de control de humos en caso de incendio debe ser mecánica: el HSCT (sistema de control de temperatura y humo) en un garaje robotizado debe extraer al menos 3 renovaciones por hora del volumen, según criterio de Bomberos cottesgroup.com, con ventiladores resistentes al fuego. Adicionalmente, estos aparcamientos suelen requerir medidas de seguridad redundantes: detección de gases tóxicos por los cargadores de baterías, sistemas de parada de emergencia de la maquinaria ante alarmas, y un estricto control de acceso para evitar que personas queden atrapadas dentro. En síntesis, normativamente a un garaje robotizado se le suprimen exigencias de evacuación humana pero se le añaden exigencias de supresión y control de incendios más rigurosas que a un aparcamiento convencional de las mismas dimensiones.
Referencias normativas: Todas estas exigencias provienen del Documento Básico SI del CTE (Sección SI 4 “Instalaciones de protección contra incendios”) y del RIPCI (RD 513/2017). Por ejemplo, el CTE especifica en una tabla resumida que en Uso Aparcamiento: extintores 21A-113B a 15 m, BIE de 25 mm a partir de 500 m² (excluyendo robotizados), columna seca a >3 sótanos, detección automática a >500 m² (con pulsadores en robotizados), hidrantes a partir de 1.000 m², y rociadores en todos los robotizadosprevencion.asepeyo.es. Estas obligaciones se justifican en la alta carga de combustible de los vehículos (gasolina, plásticos) y en la necesidad de facilitar la intervención de bomberos (de ahí hidrantes, columnas secas y señalización adecuada). Por otro lado, el RSCIEI contiene tablas de requisitos según nivel de riesgo intrínseco, donde se define qué sistemas son necesarios en talleres y garajes industriales de cada categoría. Como guía general, a mayor riesgo y tamaño, mayor es la dotación obligatoria de protección activa (por ejemplo, un taller de riesgo medio/alto necesitará detección automática y alarma evacuación, y uno de riesgo alto normalmente deberá tener extinción automática como rociadores). Todas las instalaciones deben, además, diseñarse e instalarse conforme a normas UNE específicas (ver apartado 3) y mantenerse operativas con revisiones periódicas.
3. Instalaciones de protección contra incendios: descripción técnica y uso adecuado
A continuación se describen los principales sistemas de protección contra incendios presentes en garajes, explicando su función, aspectos técnicos básicos y consideraciones de uso, mantenimiento o inspección que un trabajador del sector debería conocer. Se incluyen referencias a la normativa aplicable (CTE, RIPCI y normas UNE) que establecen sus características y cuidados.
Extintores portátiles
Los extintores portátiles son el medio más básico de extinción inicial. Son equipos a presión que contienen un agente extintor (polvo químico, CO₂, agua con aditivos, etc.) que se descarga al presionar su válvula, permitiendo atacar fuegos incipientes. En garajes se suelen emplear extintores de polvo ABC de 6 kg, aptos para fuegos sólidos, líquidos inflamables y eléctricos. La normativa exige que tengan una eficacia mínima 21A 113B (según norma UNE-EN 3) y estén distribuidos de forma que haya al menos un extintor a máximo 15 m de recorrido de cualquier punto donde pueda iniciarse la evacuación. Esto normalmente equivale a instalar extintores cada 15 metros en los pasillos o cercanos a salidas. Deben colocarse en lugares visibles, accesibles y señalizados (con el típico cartel rojo de extintor) a una altura recomendable de 1-1,5 m del suelo.
Uso: Todo trabajador debe saber usar un extintor con el procedimiento PASS (Pull, Aim, Squeeze, Sweep), es decir: quitar la espoleta o seguro, apuntar a la base de las llamas, presionar la maneta y barrer con el chorro. En un garaje, es fundamental evaluar la situación antes: nunca intentar apagar un fuego grande o descontrolado con un pequeño extintor, sino solo fuegos iniciales. También se debe elegir el tipo de extintor adecuado: por ejemplo, uno de CO₂ para un fuego eléctrico en un cuadro, o de polvo ABC para líquidos inflamables (gasolina derramada) o sólidos (plásticos ardiendo). Importante: los extintores de polvo generan una nube densa al descargarse, por lo que tras usarlos en un espacio cerrado (como un sótano de garaje) la visibilidad puede reducirse; siempre avisar a bomberos aunque parezca apagado, y ventilar el área.
Mantenimiento: Los extintores requieren revisiones periódicas obligatorias según el RIPCI. Una empresa mantenedora autorizada debe revisar los extintores al menos una vez al año, comprobando su estado, peso, presión interna, estado de manguera, boquilla y seguro boe.esboe.es. Cada 5 años desde la fecha de fabricación, el extintor de polvo debe someterse a un retimbrado o prueba de presión hidráulica para verificar la integridad del envase a presión boe.esboe.es. Asimismo, cada 20 años suele ser necesario reemplazar o retestar el extintor según normativa UNE 23120. Tras cada mantenimiento, el técnico coloca una etiqueta indicando la fecha y próxima revisión boe.es. El personal del garaje, mensualmente, debería hacer inspecciones visuales sencillas: que el extintor esté en su sitio, con el precinto y manómetro en verde, sin daños ni obstrucciones. Cualquier extintor usado (aunque sea parcialmente) debe recargarse inmediatamente. Cabe destacar que los extintores modernos deben tener marcado CE como equipos a presión y cumplir la norma UNE-EN 3 en cuanto a eficacia y diseño boe.es.
Sistemas de detección y alarma de incendios
Un sistema de detección y alarma se compone principalmente de detectores automáticos (sensores de humo, calor, etc.), pulsadores manuales de alarma, una central de control y sirenas o dispositivos avisadores. Su función es detectar rápidamente un conato de incendio y alertar a los ocupantes para que evacúen, así como enviar la señal a centralitas de incendios o a la central receptora de alarmas si existe.
En garajes convencionales, la detección automática es generalmente por detectores puntuales de humo situados en techo, ya que los incendios de vehículos inicialmente producen mucho humo visible. No obstante, el ambiente de un garaje puede tener polvo, humedad o gases de escape que falsen alarmas, por lo que a veces se emplean detectores de calor termovelocimétricos o detectores multicriterio (humo+calor). El CTE DB-SI exige que haya un sistema de detección en garajes de más de 500 m² prevencion.asepeyo.es, y el RIPCI establece que su diseño/instalación cumpla la norma UNE 23007-14 (equivalente a EN 54-14) boe.es. Esto implica, por ejemplo, respetar distancias máximas entre detectores, cobertura por zona (un detector típicamente cubre 60–80 m² según altura), sectorización de la señal por áreas, etc. El sistema debe disponer de fuente de alimentación secundaria (batería) para garantizar su funcionamiento incluso sin red eléctrica boe.es. Los pulsadores manuales (de color rojo) deben ubicarse junto a las salidas de planta o salidas de emergencia, de modo que nadie recorra más de 25 m para accionar uno boe.es. Al activarse un detector o pulsador, la alarma sonora (y luminosa, si hay personas con discapacidad auditiva) debe dispararse en todo el garaje – normalmente mediante sirenas de incendio con sonido de evacuación distintivo.
Uso: Un trabajador debe conocer la localización de los pulsadores y la central de incendios. Al detectar humo o fuego incipiente, si no suena la alarma automáticamente, se debe accionar el pulsador manual más cercano para iniciar la evacuación. Nunca desconectar la alarma sin autorización: incluso si se controla el fuego, debe esperarse a bomberos. En garajes robotizados, como no hay personas normalmente, no se instalan detectores automáticos, pero sí pulsadores manuales para uso del personal de mantenimiento y sirenas en caso de emergencia prevencion.asepeyo.es. Es importante que el personal de mantenimiento pruebe periódicamente el acceso a estos pulsadores y esté entrenado en procedimientos de emergencia dentro del área robotizada.
Mantenimiento: Según RIPCI, los sistemas de detección deben ser verificados al menos trimestral o semestralmente. La norma UNE 23007-14 y UNE-EN 54-14 proporcionan guías de mantenimiento: por ejemplo, se deben probar detectores con humo de prueba o calor para asegurar que activan la alarma, comprobar la batería de la central (sustituirla cada 4 años aprox.), verificar el estado de sirenas y avisadores, y realizar simulacros. Además, las centrales de detección deben registrar las señales y fallos; es responsabilidad del mantenedor reparar cualquier detector sucio, averiado o desactivado. Los pulsadores también se prueban (mediante llaves de test) para confirmar que efectivamente disparan la alarma. Toda esta actividad queda registrada en el Libro de Mantenimiento del sistema, exigido por el RD 513/2017. Los componentes del sistema deben tener marcado CE y cumplir sus normas particulares (detectores de humo UNE-EN 54-7, detectores de calor UNE-EN 54-5, centrales EN 54-2, etc.)boe.esboe.es. Un aspecto importante: en garajes con sistema de detección conectado a un sistema de extracción de humos, se debe probar también la secuencia completa (detección → alarma → arranque de ventiladores y cierre de compuertas cortafuego automatizadas).
Bocas de incendio equipadas (BIE)
Las BIE son equipos fijos de extinción manual, consistentes en un armario que contiene una manguera con lanza y válvula, conectada a la red de agua del edificio. En garajes, cuando son obligatorias (superficie > 500 m² según CTE) prevencion.asepeyo.es, suelen instalarse BIE de 25 mm (manguera semirrígida) en lugar de 45 mm, ya que están pensadas para que las usen personas no bomberos y deben ser manejables extintoresa2j.es. La manguera de 25 mm permite un caudal menor (unos 100 L/min) pero más fácilmente controlable; en cambio, las BIE de 45 mm suministran mucho caudal (200+ L/min) pero requieren varias personas entrenadas para manipular la manguera flexible pesada – por eso se reservan a zonas industriales de alto riesgoextintoresa2j.es. En un garaje estándar, la BIE de 25 mm es adecuada para conatos de incendio, con un alcance de chorro de unos 20 m. La norma UNE-EN 671-3 establece que la longitud de manguera más el chorro deben cubrir toda el área protegida extintoresa2j.es; por ello, las BIE se distribuyen típicamente para que sus chorros se solapen. Por ejemplo, con mangueras de 20 m, suelen situarse de forma que ningún punto del garaje quede a más de ~15 m del alcance de alguna.
Uso: Las BIE sirven para un ataque prolongado al fuego mientras llegan los bomberos. Un trabajador debe saber que al abrir la puerta del armario, primero tiene que abrir la válvula (girando el volante) para dar presión a la manguera, desenrollar esta totalmente, y luego dirigir el chorro con la lanza hacia la base del fuego. Muchas BIE modernas tienen boquillas regulables (chorro compacto o pulverizado). Es recomendable usar posición pulverizada al inicio para protegerse del calor con la niebla de agua, y luego acercarse algo más con chorro lleno si es necesario. Precaución: nunca utilizar agua de la BIE sobre fuegos de líquidos inflamables extensos o sobre aparatos eléctricos energizados (riesgo de salpicaduras o choque eléctrico), a menos que se tenga formación específica. En un garaje, las BIE serían útiles sobre todo si hay un coche ardiendo de manera limitada; no obstante, si el incendio envuelve ya a varios vehículos, lo más seguro es evacuar y esperar a bomberos en lugar de intentar controlarlo con BIE, salvo que esté claramente acotado.
Mantenimiento: Las BIE están sujetas a mantenimiento riguroso según UNE-EN 671-3 y RIPCI. Cada 3 meses se debe hacer una verificación visual: comprobar que la manguera no tiene fugas ni pliegues, que la boquilla está operativa, y purgar brevemente para asegurar que hay agua y presión extintoresa2j.es. Anualmente, un mantenedor debe desplegar la manguera por completo y hacer un ensayo de caudal y presión en la punta, para confirmar que se alcanzan al menos 200 kPa (2 bar) en lanza de 25 mm con el caudal nominal extintoresa2j.es (la norma exige típicamente ~3,5 bar de presión dinámica en BIE25, ~4 bar en BIE45) extintoresa2j.es. Además, cada 5 años se realiza una prueba de presión de la manguera (ensayo hidráulico) para verificar que soporta la presión de servicio sin roturas extintoresa2j.es. Tras esta prueba, si la manguera no pasa, debe reemplazarse. Todos los componentes de la BIE (válvula, manguera, boquilla) deben cumplir UNE-EN 671-1 o 671-2 según el tipo de manguera boe.es, y llevar marcado CE. La señalización de las BIE es igualmente importante: deben identificarse con el cartel fotoluminiscente normalizado de manguera (según UNE 23033-1) colocado en lugar visible extintoresa2j.es, e incluso señales de proximidad indicando dónde están. Un punto a destacar es que algunas municipalidades, en edificios donde la columna seca no es eficaz, pueden requerir BIE aunque normativamente no tocase – por ejemplo, en un pueblo sin bomberos cercanos podrían pedirse BIE en vez de columna seca prevencion.asepeyo.es, para que los propios usuarios puedan intentar controlar el fuego inicial.
Columna seca y sistemas de hidrantes
Tanto la columna seca como los hidrantes son sistemas de abastecimiento de agua contra incendios destinados principalmente al uso de bomberos, no de los ocupantes.
Una columna seca es una tubería fija que recorre verticalmente el edificio (por ejemplo, un garaje de varias plantas) con conexiones de 65 mm en cada planta y una toma de bombeo en la fachada o acceso de bomberos. En caso de incendio, los bomberos conectan su bomba a la entrada de la columna seca en la calle y envían agua a presión que sale por las bocas de planta, a las que se conectan mangueras de 45 mm para atacar el fuego en el interior. La columna seca se llama así porque normalmente está vacía (se llena solo al usarla), evitando el riesgo de congelación o corrosión constante. El CTE exige columna seca en aparcamientos con más de 3 plantas bajo suelo o 4 sobre suelo prevencion.asepeyo.es, ya que desplegar mangueras desde la calle sería inviable en esos casos. Los bomberos al llegar conectarán sus mangueras a la boca de la planta siniestrada (que suele estar en la caja de escaleras o vestíbulo protegido).
Un hidrante exterior es un punto de suministro de agua (toma) situado en el exterior del edificio – generalmente en la acera o en el perímetro de la parcela – al que los bomberos conectan sus mangueras para obtener agua, ya sea de la red pública o de un depósito particular. Los hidrantes pueden ser de columna (sobresalen del suelo, habitualmente de color rojo) o de arqueta bajo tierra. El CTE DB-SI (SI 5) establece que en garajes de gran superficie debe haber hidrantes: al menos 1 hidrante entre 1.000 m² y 10.000 m², y se añade otro por cada 10.000 m² adicionales prevencion.asepeyo.es. Esta dotación puede incluir hidrantes públicos próximos (siempre que estén operativos y a <100 m )prevencion.asepeyo.es. Por ejemplo, un parking subterráneo de 8.000 m² en un centro comercial requeriría un hidrante, y si fuera de 15.000 m² requeriría dos. Los hidrantes apoyan el trabajo de bomberos proporcionándoles agua cerca del incendio sin depender de largos tendidos desde bocas distantes.
Uso: Estos sistemas son usados exclusivamente por bomberos o personal muy entrenado. Un trabajador de PCI debe, sin embargo, conocer su existencia y correcta accesibilidad. Es fundamental mantener despejada la zona frente a la toma de columna seca en fachada (se señaliza con un cartel “Columna seca” y a veces balizas) y asegurarse de que los hidrantes no estén obstruidos por vehículos estacionados o vallas. En una emergencia, el encargado de seguridad del edificio puede facilitar a bomberos la localización de los hidrantes (debe haber un plano de implantación). Nunca se debe extraer agua de un hidrante para usos no autorizados, ni manipular una columna seca fuera de emergencias o pruebas.
Mantenimiento: El RIPCI también regula estas instalaciones, remitiendo a normas UNE. La UNE 23007-14 indica aspectos de diseño (por ejemplo, las columnas secas deben tener un diámetro mínimo DN 80, material resistente a 25 bar de presión, y disponerse con toma de 25 bar en fachada y salidas de 45 mm en plantas). Para mantenimiento, se siguen guías como UNE 23500 (abastecimientos de agua) y UNE 23-090 (hidrantes). Cada año debería verificarse la columna seca realizando una prueba de estanqueidad: se conecta agua a baja presión para comprobar que no hay fugas y que todas las válvulas funcionan. También se lubrica la rosca e interior de las conexiones Barcelona de 45 mm en plantas y 70 mm en fachada, ya que si se agarrotan podría retrasar la conexión de mangueras por los bomberos. Los hidrantes exteriores se inspeccionan mínimo una vez al año: comprobar que la válvula abre bien, que sale agua con caudal y presión suficiente, purgar para retirar posibles sedimentos y asegurarse de que drenan correctamente (los hidrantes de columna tienen un drenaje automático para vaciarse tras su uso, evitando heladas). Además, cada hidrante debe estar señalizado con el cartel normalizado (fondo azul con H en blanco y coordenadas, según normas UNE e ISO). Es importante revisar que dicho cartel indica las características (diámetro tubería, distancia, etc.). El RD 513/2017 obliga a realizar inspecciones periódicas de instalaciones de agua cada 10 años por un organismo de control autorizado, donde se comprueba, entre otras cosas, las columnas secas e hidrantes in-situ.
Sistemas automáticos de extinción (rociadores y agua pulverizada)
Los rociadores automáticos (sprinklers) son dispositivos de extinción fija que descargan agua de forma automática cuando detectan calor del incendio. Un rociador típico consiste en una cabeza con boquilla tapada por un bulbo de vidrio con líquido, calibrado para romperse a cierta temperatura (p. ej. 68 °C). Cuando la temperatura ambiente excede ese valor debido a un incendio, el bulbo estalla, abre la boquilla y rocía agua pulverizada sobre la zona en llamas. Los rociadores funcionan individualmente: solo se activa aquel o aquellos cercanos al fuego, no todos a la vez (un mito frecuente por películas). En garajes, los rociadores se instalan en el techo o en bandejas suspendidas entre plantas, con un retículo de tuberías. Su objetivo es controlar e incluso suprimir un incendio en sus primeros minutos, evitando que se propague a varios vehículos. En España, como vimos, no son obligatorios en la mayoría de garajes convencionales por normativa básica, excepto en los aparcamientos robotizados donde el CTE sí los exige en todo caso prevencion.asepeyo.es. No obstante, pueden ser exigidos por normativas particulares (por ejemplo, ordenanzas locales o por el asegurador del edificio) o implementarse voluntariamente para mayor seguridad. En otros países los rociadores en parkings subterráneos son comunes; en España se están adoptando cada vez más en proyectos nuevos, sobre todo tras incidentes notorios de incendios en aparcamientos.
Funcionamiento técnico: Un sistema de rociadores requiere una fuente de agua confiable, con caudal y presión suficientes. Esto suele implicar uno o varios depósitos de agua contra incendios (o conexión a red si garantiza caudal) y bombas de incendio dedicadas. La norma UNE-EN 12845 (adoptada en RIPCI) regula el diseño e instalación de rociadores automáticos, estableciendo la densidad de descarga requerida según el riesgo. Los garajes se han clasificado tradicionalmente como riesgo Ordinario Grado 1 (OH1) en NFPA 13, aunque recientemente se ha propuesto subirlos a OH2 dado que los coches modernos arden con mayor intensidad nfsa.org. Esto implica que un rociador en garaje debe descargar aproximadamente entre 5 y 10 mm/min por metro cuadrado en la zona de diseño. En términos prácticos, se calcula cierta área operativa (por ejemplo, los 4 rociadores más desfavorables) y se dimensiona la bomba para alimentar simultáneamente esos rociadores durante al menos 60-90 minutos. Las tuberías y soportes deben resistir sísmicamente (si aplica) y al fuego durante ese tiempo. Cada rociador protege un área de techo determinada (12 m² típicamente en riesgo OH1-OH2) y se instala con una temperatura de activación adecuada (p. ej. 68 °C si el techo <30 °C ambiente habitual, o 79 °C en techos más cálidos). En garajes no calefactados en clima frío, se pueden usar sistemas de tubería seca o anticongelante para evitar congelación del agua en las tuberías.
Uso: Los rociadores son automáticos, por lo que los ocupantes no tienen que activarlos manualmente (ni deberían intentar manipularlos). De hecho, una ventaja es que pueden funcionar aunque el edificio esté vacío. Lo que sí debe hacer el personal de mantenimiento es asegurar que no se obstruyan ni dañen: en garajes, a veces las cabezas de rociador quedan expuestas y podrían golpearse con algo alto – es importante que tengan sus protectores o jaulas si hay riesgo de impacto. También, nunca colgar objetos de las tuberías de rociadores. Si un rociador se activa por un incendio, el protocolo es evacuar y esperar a bomberos; el sistema suele tener alarmas de flujo que avisan a central, y los bomberos cerrarán la válvula de seccionamiento solo cuando el fuego esté controlado. Un error grave sería que personal no autorizado cierre el paso de agua demasiado pronto: podría reavivarse el fuego. Por tanto, se debe dejar actuar a los rociadores y solo técnicos o bomberos deben manipular las válvulas. Tras la activación, se necesitará reponer el agua utilizada (llenado de tanques) y reemplazar los rociadores activados.
Mantenimiento: Los sistemas de rociadores requieren un mantenimiento especializado según UNE-EN 12845 (diseño, instalación y mantenimiento de rociadores automáticos) boe.es. Diariamente, el encargado debería verificar que la válvula principal esté abierta y con presión normal (muchas instalaciones tienen manómetros visibles o alarmas de supervisión). Semanalmente, se suele hacer una prueba de las bombas de incendios (arranque en vacío) y se comprueba el estado de la fuente de agua (nivel de depósito, válvulas abiertas). Trimestralmente, un mantenedor revisará el buen estado de todos los componentes: se purgan las líneas para retirar aire o suciedad, se prueban las alarmas de flujo (haciendo un flujo de ensayo desde el más lejano). Anualmente, se realiza una inspección completa: se testa la bomba bajo caudal real, midiendo que entrega el caudal y presión de diseño; se inspeccionan una muestra de cabezas de rociador (buscando corrosión, pintura indebida o obstrucciones en los orificios), y se comprueba la alimentación eléctrica de las bombas y alarmas. Además, según RIPCI, los rociadores deben someterse a inspecciones periódicas por OCA: cada 25 años se inspecciona conforme al Anexo K de UNE-EN 12845 (pudiendo implicar prueba de descarga de algunos rociadores, cambio de cabezas antiguas, etc.) proextintor.es. Cualquier modificación en la ocupación del garaje (por ejemplo, si ahora se almacenan materiales o cambian las alturas) debe hacer repensar el diseño de rociadores – un técnico competente evaluará si sigue cumpliendo los criterios de la norma. En cuanto a la documentación, todo sistema de rociadores lleva un placa de diseño indicando el riesgo cubierto (por ejemplo “OH2, área 144 m², densidad 5 mm/min, presión 6 bar”) y el instalador debe proporcionar planos “as-built” y cálculo hidráulico. Es responsabilidad del titular conservar estos documentos y el registro de mantenimientos.
Cabe mencionar que existen sistemas similares a los rociadores estándar adaptados a situaciones especiales: por ejemplo, sistemas de agua nebulizada (water mist) de alta presión, que producen gota muy fina. Estas tecnologías se están investigando para garajes, especialmente frente a fuegos de vehículos eléctricos, ya que la niebla de agua puede absorber mucho calor y sofocar llamas con menos cantidad de agua. Estudios europeos recientes (como uno del Instituto Danés DBI) demostraron que un sistema de agua nebulizada con detección temprana pudo evitar la propagación del incendio de un coche eléctrico a los adyacentes durante al menos 30 minutos cottesgroup.com. Esto apunta a que en el futuro podríamos ver sistemas de rociadores/nebulizadores específicos para garajes de alta capacidad, complementando a los rociadores convencionales para controlar incendios más desafiantes.
Sistemas de control de humos y ventilación
El control de humos es vital en garajes, porque en caso de incendio la cantidad de humo generado por vehículos (plásticos, neumáticos ardiendo) es enorme y muy tóxica, poniendo en peligro a las personas antes incluso que las llamas. Por ello, la normativa española exige que todo aparcamiento cerrado disponga de un sistema de control de temperatura y evacuación de humos (SCTEH) capaz de mantener una capa libre de humo durante la evacuación cottesgroup.com. En aparcamientos abiertos (con ventilación natural suficiente por grandes aberturas en fachada), esta exigencia puede darse por cumplida de forma natural, pero en subterráneos o cerrados se instala ventilación mecánica de incendio.
Existen dos enfoques: ventilación por extracción mecánica general o sistemas específicos de control de humos. El primer caso suelen ser los típicos extractores de garaje dimensionados tanto para ventilación diaria (eliminación de monóxido de carbono de los coches) como para funcionamiento en incendio a mayor caudal. El segundo caso incluye diseños más avanzados: por ejemplo, sistemas de ventilación por secciones con compuertas de humo, o uso de ventiladores de impulso (jet fans) en garajes amplios, que canalizan el humo hacia puntos de extracción concretos. La norma española UNE 23585 proporciona los requisitos de cálculo y diseño de estos sistemas de control de temperatura y humo en-standard.eu, armonizada con las europeas. En líneas generales, se busca extraer un caudal de aire tal que se logre una velocidad de ascenso de humo suficiente para mantenerlo estratificado por encima de las vías de evacuación (por ejemplo, mantener 2.5 m libres de humo por debajo). Esto se puede traducir en caudales del orden de 10–15 renovaciones por hora del volumen de garaje en incendio, aunque varía según geometría y criterio de diseño (el CTE en algunos casos menciona 150 m³/h por cada 100 m² como guía, o similar).
Componentes típicos: Un SCTEH en garaje incluye ventiladores extractores resistentes al fuego (clasificados F300 o F400, capaces de funcionar 2 horas a 300–400°C), rejillas de extracción de humo distribuidas en el techo o alto en paredes, y aberturas de admisión de aire (naturales o forzadas) cerca del suelo para suplir aire limpio al ritmo de extracción. Opcionalmente puede haber detección específica de incendios que ordene encender los extractores en modo incendio cuando se supera cierto umbral (detectores de humo dedicados al sistema o sensores de temperatura en conductos). En funcionamiento normal (sin incendio), el sistema suele operar a bajo caudal para control de contaminantes (CO, NOx) activándose por detectores de CO; en caso de fuego, cambia a velocidad máxima de extracción forzada.
Uso y consideraciones: Este sistema actúa automáticamente, pero el personal de mantenimiento debe conocer su panel de control. Por ejemplo, en la central de ventilación suele haber un selector modo incendio manual que los bomberos pueden accionar al llegar, forzando los ventiladores al 100%. Es importante asegurarse de que las compuertas cortafuego en conductos (si existen) estén integradas correctamente para abrirse en incendio y aislar sectores no afectados. Un trabajador debe revisar que las tomas y rejillas de ventilación no estén obstruidas (suciedad, objetos almacenados bloqueando, etc.). Durante la inspección rutinaria, también es aconsejable probar las baterías de respaldo si los ventiladores tienen alimentación de emergencia (muchos sistemas cuentan con grupo electrógeno o SAI para que, si hay corte de luz por el fuego, la extracción siga funcionando al menos 1 hora).
Mantenimiento: El RIPCI incluyó por primera vez en 2017 a los sistemas de control de humos dentro de las instalaciones de PCI reguladas mercortecresa.com. Esto implica que las empresas instaladoras y mantenedoras de PCI deben estar habilitadas para estos sistemas, y su mantenimiento seguir las normas UNE correspondientes (UNE 23585 para diseño y UNE 23584 para instalación y mantenimiento). Las tareas de mantenimiento incluyen: comprobar trimestralmente el estado de los ventiladores (limpieza de aspas, tensión de correas, engrase de cojinetes) y verificarlos en marcha simulando la señal de incendio; inspeccionar las compuertas cortahumos y cortafuegos (deben abrir/cerrar libres, sin atascos, y sus electroimanes o fusibles intactos); limpiar los sensores de CO y de humo para evitar lecturas erróneas; y cada año realizar una prueba completa de funcionamiento en modo emergencia, midiendo el caudal si es posible. Los ventiladores con motores conmutados deben chequear sus conmutadores térmicos. También se revisa la alimentación eléctrica: si hay cuadro dedicado, ver que los magnetotérmicos no estén disparados, y si hay grupo electrógeno, probarlo bajo carga. Cualquier anomalía (vibraciones, ruidos anormales, caída de rendimiento) requiere reparación inmediata, pues en incendio el sistema debe funcionar al 100%. Finalmente, la documentación de cálculo (humo calculado, curvas de ventiladores, etc.) debe conservarse; un técnico de mantenimiento debidamente formado interpretará esos datos para asegurar que el sistema mantiene las prestaciones originales.
Señalización de seguridad y alumbrado de emergencia
La señalización contra incendios y evacuación es otro elemento crucial. Consiste en señales visuales normalizadas que indican la ubicación de equipos de PCI y las rutas de escape, complementadas con iluminación de emergencia en caso de fallo de suministro. En garajes, donde a veces hay poca luz y visibilidad reducida con humo, la señalización suele ser fotoluminiscente (material que brilla en la oscuridad tras cargarse con luz). La normativa española (RD 485/1997 y RIPCI) exige que todas las instalaciones de protección estén debidamente señalizadas: extintores, BIE, pulsadores de alarma, vías de evacuación, salidas de emergencia, puntos de reunión, etc. Por ejemplo, cada extintor debe tener encima el clásico cartel rojo/blanco con su símbolo, y si está dentro de un armario, una marca externa junto al armario boe.es. Las BIE llevan señal tipo manguera blanca sobre fondo rojo. Las señales fotoluminiscentes deben cumplir UNE 23033-1 en diseño y propiedades (pictogramas, colores, luminancia) extintoresa2j.es, así como UNE 23034 en cuanto a su colocación.
Uso: La señalización no requiere “uso” activo, pero un trabajador debe apoyarse en ella durante las emergencias: seguir las flechas de salida para evacuar, o ubicar rápidamente un extintor/BIE por su cartel indicador. En garajes grandes y con columnas, es frecuente suplementar las señales de pared con balizamiento a baja altura: por ejemplo, líneas fotoluminiscentes a lo largo de paredes o rodapiés que guíen hacia la salida (estas guías visuales son muy útiles si el humo acumula arriba y tapa carteles altos). También puede haber letreros indicadores de planta (“Sótano 2”, “Salida por escalera norte a 20 m”) para orientar a los bomberos y usuarios.
Mantenimiento: Las señales fotoluminiscentes pierden efectividad si se ensucian o si su material se degrada. Periódicamente se debe verificar que siguen bien adheridas, legibles y con suficiente luminiscencia (por ejemplo, apagar la luz y comprobar que brillan intensamente tras cargarse). Si alguna está dañada o ya no es visible en la oscuridad, debe reemplazarse. El RIPCI, Anexo I sección 2ª da directrices sobre señalización: básicamente, todas las salidas de emergencia requieren cartel Salida de emergencia/Exit más flecha si aplica, todas las puertas cortafuego deben identificarse (y llevar rótulo de “mantener cerrada”), las zonas con extintores o BIE deben señalizarse y mantenerse despejadas. Además de las señales estáticas, está el alumbrado de emergencia: luces autónomas que se encienden al irse la luz normal, iluminando rutas de evacuación y puntos clave (cuadros eléctricos, bocas de incendio, escaleras). Estas luminarias de emergencia tienen baterías internas de 1 hora (mínimo) y deben revisarse cada cierto tiempo: el RBT (Reglamento Electrotécnico) sugiere test mensuales breves y un test anual de autonomía completa. El personal de mantenimiento de garajes debe probarlas pulsando su botón de test o desconectando la luz general para ver si se encienden automáticamente, y sustituir baterías cada 4–5 años o cuando fallen. En un incendio real, la combinación de señales visibles e iluminación de emergencia salva vidas, guiando a la gente fuera incluso con humo y pánico, por lo que nunca se debe escatimar en su mantenimiento.
Por último, comentar que la normativa UNE 23032 indica la señalización para los bomberos (planos de evacuación y extinción situados en entradas, señales de características de sistemas, etc.). En un garaje grande, conviene instalar un “plan de intervención” en la entrada de bomberos, mostrando la disposición de hidrantes, columnas secas, salas de bombas, ventiladores, etc., para que los servicios de emergencia actúen con rapidez. Esto complementa la señalización de uso público y suele hacerse en coordinación con el Servicio de Bomberos local.
4. Peligros de incendio en garajes según su uso
Los garajes presentan una serie de riesgos intrínsecos de incendio debidos a los materiales y actividades que en ellos se encuentran. Comprender estos peligros según el tipo de garaje es clave para la prevención y la correcta protección contra incendios:
- Garajes de vehículos (en general): El principal riesgo es la carga de combustible que llevan los automóviles. Un solo coche dispone de decenas de litros de gasolina o gasóleo (ambos líquidos altamente inflamables), aceites, fluidos y materiales combustibles en su estructura (plásticos, gomas, espuma de asientos). En caso de incendio de un vehículo, el fuego puede crecer muy rápido, especialmente si colapsa el depósito de combustible o revienta un neumático, lanzando llamas y material incandescente a coches vecinos. Además, los garajes suelen almacenar otros elementos inflamables: por ejemplo, en trasteros colindantes puede haber muebles, pinturas, o bombonas de gas butano. Todo esto hace que la carga térmica en un garaje sea elevada, generando incendios de gran intensidad y duración. Por otro lado, la ventilación limitada de un garaje cerrado puede hacer que el humo se acumule rápidamente. El humo de vehículos en llamas es extremadamente oscuro y tóxico (libera monóxido de carbono, cianuro de hidrógeno de la combustión de plásticos, etc.), representando un peligro mortal incluso lejos de las llamas. De hecho, la inhalación de humos es la principal causa de víctimas en incendios en garajes. La concentración de varios coches juntos aumenta el riesgo de efecto dominó: el calor radiante de uno puede hacer prender a los de al lado, por lo que en pocos minutos un incendio puede implicar decenas de vehículos. Por eso se considera que un garaje, aunque no haya actividades industriales, es un espacio de alto riesgo de incendio por la concentración de vehículos y materiales inflamables extintoresa2j.es.
- Talleres mecánicos: A los peligros anteriores (presencia de vehículos con combustible) se suman otros propios de la actividad industrial. En un taller suele haber manejo de líquidos inflamables (gasolina, disolventes de limpieza, pinturas, etc.), a veces en recipientes abiertos o transvases, lo que aumenta la probabilidad de un fuego por derrame o por emanación de vapores que alcancen una fuente de ignición. También puede haber trabajos en caliente: soldadura, corte con radial, uso de sopletes, etc., que producen chispas o llamas libres. Si no se extreman las precauciones, una chispa de soldadura puede encender restos de aceite en un foso, o prender trapos con disolvente. Los talleres disponen de equipos eléctricos (compresores, cargadores de baterías) que pueden sobrecalentarse. Otro riesgo son las baterías de coches en reparación: una batería de plomo puede desprender hidrógeno (explosivo) al cargarse, y hoy día las baterías de iones de litio (en vehículos híbridos/eléctricos) conllevan riesgo de incendio/explosión si están dañadas. Además, los talleres suelen almacenar repuestos y materiales (neumáticos, tapizados, plásticos) que son combustibles y generarían enorme cantidad de fuego y humo en caso de siniestro. Por todo ello, un taller mecánico se considera local de riesgo alto a efectos de incendio, y la normativa exige medidas pasivas (sectorización, ventilación anti-explosiva en fosos, equipos eléctricos ATEX en zonas con vapores) y activas proporcionales. Las estadísticas indican que las causas frecuentes de incendios en talleres son: chispas de soldadura, cigarrillos mal apagados, cortocircuitos en instalaciones eléctricas viejas, o imprudencias al manipular gasolina (p. ej. vaciar depósitos sin suficiente ventilación).
- Garajes de uso público concurrido: En parkings comerciales (centros comerciales, aeropuertos, etc.), un factor de riesgo adicional es la mayor afluencia de personas y vehículos. La probabilidad de incidentes puede elevarse simplemente por uso intensivo: más coches entrando/saliendo, más posibilidades de un choque o recalentamiento de motor que inicie un fuego. También es más factible que haya actos vandálicos o negligencias (p. ej. alguien arrojando una colilla encendida cerca de un charco de combustible). El riesgo para la vida humana es significativo: imaginemos un incendio declarado en un parking subterráneo de un centro comercial un sábado – decenas de personas pueden estar en sus coches o caminando hacia ellos, y deben evacuar rápido en un entorno lleno de humo. Un peligro especial en estos garajes concurridos es el pánico y la desorientación: muchas personas no conocen bien las salidas peatonales de emergencia y pueden tratar de huir por las rampas de coches (lo cual es más lento y peligroso). Por ello es vital la señalización clara y sistemas de alarma que dirijan al público. Desde el punto de vista de incendios, un garaje público no difiere en el fuego mismo respecto a uno residencial, pero las consecuencias pueden ser mayores por la cantidad de gente en riesgo.
- Aparcamientos robotizados: Paradójicamente, estos garajes eliminan casi por completo el factor de riesgo humano (no hay fumadores, no hay mantenimiento inadecuado de extintores por parte de legos, etc.), pero presentan otros desafíos. El fuego en un garaje robotizado probablemente solo puede iniciar por fallo de un vehículo (corto en el cableado, sobrecalentamiento, fuga de combustible) o por fallo eléctrico de los equipos del sistema robotizado. Detección tardía: al no haber personas que vean/sientan el fuego desde el principio, puede que el incendio se desarrolle más antes de ser detectado (de ahí la importancia de detección técnica robusta y rociadores automáticos). Además, la estructura mecánica (ascensores, plataformas) podría colapsar parcialmente si el fuego no se controla, complicando la acción de bomberos. Un riesgo particular es la dificultad de acceso: los bomberos, para atacar el fuego, pueden encontrar complicado llegar con mangueras a las estrechas celdas donde están los coches, o tener que desmontar partes del sistema robotizado. También, si fallan los sistemas eléctricos, puede que los ascensores o plataformas queden bloqueando accesos. Afortunadamente, al no haber civiles dentro, el principal peligro es para los bomberos y los bienes. Por ello, el diseño debe facilitar su intervención (espacios para ataque, controles manuales para mover plataformas en emergencia, etc.). En resumen, el riesgo en un robotizado es un incendio no detectado inmediatamente y de acceso difícil, pero con la ventaja de no tener que evacuar a decenas de personas a la vez.
- Vehículos eléctricos (V.E.) – un nuevo riesgo transversal: Merece mención especial el creciente uso de coches eléctricos y la instalación de cargadores en garajes. Los vehículos eléctricos añaden un tipo de incendio distinto: la combustión de las baterías de ion-litio. Estas baterías, cuando fallan catastróficamente (p. ej. por un choque o sobrecarga), pueden entrar en fuga térmica: una reacción química descontrolada que las hace arder con llama intensa, altas temperaturas y reemisión espontánea (pueden re-ignición incluso apagadas temporalmente). Un incendio de batería de litio libera gases tóxicos (fluoruros) y es muy difícil de extinguir: no basta con apagar las llamas visibles, la celda puede seguir ardiendo internamente. En un garaje, un coche eléctrico ardiendo supone un desafío enorme. De hecho, se sospecha que un reciente incendio mortal en un garaje de Alcorcón (Madrid) fue iniciado por la explosión de un coche eléctrico tras un accidente, propagándose con humo muy denso y caliente que dificultó enormemente la extinción ctif.org. Dos bomberos fallecieron en ese siniestro de 2023, en parte debido a la violentísima combustión y el colapso parcial de la estructura por el calor. Al llegar los equipos de emergencia, el garaje ya estaba envuelto en llamas con visibilidad casi nula, y la ventilación resultó insuficiente para ese volumen de humo ctif.org. Este incidente pone de relieve que la presencia de V.E. aumenta el riesgo y requiere replantear las estrategias de protección: posiblemente se necesitarán sistemas de detección más temprana (por ejemplo, detección de incremento de temperatura rápido más que solo humo) y agentes extintores complementarios (agua nebulizada, sistemas fijos de espuma o aerosoles para baterías). Asimismo, los puntos de recarga suponen riesgo eléctrico: una estación de carga rápida suministra corriente elevada; un cortocircuito o sobrecarga en ellas puede ser foco de incendio, por lo que deben instalarse con protecciones eléctricas y mantenerse en buen estado.
En conclusión, los garajes conllevan peligros significativos de incendio: altas cargas de combustible (vehículos y líquidos), entornos cerrados que acumulan humo, posibles fuentes de ignición diversas, y (en muchos casos) presencia de público no familiarizado con el lugar. Esto justifica que sean tratados como espacios de riesgo especial en la normativa y que se destinen sistemas de protección específicos para mitigar estos riesgos.
5. Situación actual y evolución de la protección contra incendios en garajes (España)
La protección contra incendios en garajes ha avanzado notablemente en las últimas décadas en España, tanto en el marco normativo como en la tecnología y concienciación, aunque nuevos desafíos emergen continuamente:
- Mejoras normativas y reforzamiento de exigencias: Hasta principios de los 2000, la normativa básica (NBE-CPI-96) tenía requerimientos más limitados; por ejemplo, no todos los garajes pequeños necesitaban detección automática. Con la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación (CTE) en 2006, se homogenizaron criterios más estrictos en todo el país: se introdujeron umbrales claros de superficie para dotar de BIE, detección, hidrantes, etc., y se reconoció formalmente la categoría de aparcamiento robotizado con exigencias particulares. En 2017 se aprobó el nuevo RIPCI (Reglamento de instalaciones de PCI), que por primera vez incluyó a los sistemas de control de humos y actualizó las normas UNE de referencia mercortecresa.com, obligando a que todos estos sistemas (detección, rociadores, hidrantes, ventilación, alarmas) sean instalados y mantenidos por empresas habilitadas y cumplan estándares actualizados. En 2021, se revisó la norma UNE 23500 de abastecimientos de agua contra incendios, garantizando caudales adecuados para BIE, rociadores e hidrantes, lo cual redunda en garajes más protegidos. Muchas Comunidades Autónomas además han aprobado reglamentos o instrucciones técnicas complementarias que elevan aún más las exigencias en ciertos supuestos (por ejemplo, en Cataluña la guía Técnicas de Bomberos añade criterios para sistemas de control de humos en aparcamientos grandes, en Madrid se han impulsado inspecciones rigurosas tras incidentes, etc.). Podemos afirmar que actualmente España cuenta con un marco normativo completo para garajes, alineado con estándares europeos, si bien siempre es perfectible.
- Incidentes relevantes y lecciones aprendidas: Lamentablemente, algunos incendios graves en garajes han servido de catalizador para mejoras. El caso mencionado de Alcorcón (abril de 2023), donde fallecieron dos bomberos, puso de manifiesto las dificultades para intervenir en incendios de vehículos eléctricos y la importancia de la ventilación en subsuelos. Es de esperar que a raíz de este suceso se revisen protocolos y quizás se impulse la investigación en nuevas soluciones (como sistemas fijos de inundación de agua nebulizada o mayores tasas de extracción de humo). Años atrás, otros incendios sonados en garajes – por ejemplo, el del Edificio Windsor en Madrid (2005) donde el fuego iniciado en oficinas afectó al parking, o el incendio de un parking público en Santander (2017) que destruyó más de 30 vehículos – han señalado la necesidad de rociadores automáticos en ciertos casos. De hecho, hay una tendencia internacional a considerar obligatorios los rociadores en muchos aparcamientos que antes se consideraban prescindibles. En EE.UU., por ejemplo, el código Internacional (IBC) de 2021 eliminó la exención general de rociadores en aparcamientos abiertos de gran tamaño, y la norma NFPA 88A (2023) ya requiere rociadores en todas las estructuras de estacionamiento nuevas, abiertas o cerradas, sin excepciones por tamaño nfsa.org. Esto se debe a las grandes pérdidas en incendios recientes y al aumento de riesgo por vehículos modernos y eléctricos, como reconoce la NFPA nfsa.org. En España, aún no se ha dado un paso normativo semejante – los rociadores siguen sin ser obligatorios en la mayoría de garajes – pero tras cada gran incendio se reabre el debate. Las compañías de seguros y asociaciones como TECNIFUEGO han empezado campañas para promover la instalación de rociadores (“Los rociadores salvan vidas”) también en garajes, anticipándose quizás a una futura exigencia.
- Adaptación a vehículos eléctricos y nuevas tecnologías: La electrificación del parque automovilístico es quizá el cambio más significativo en el horizonte de seguridad contra incendios en garajes. Cada año crece el número de coches híbridos y eléctricos que estacionan e incluso se recargan en garajes comunitarios y públicos. Como mencionamos, los incendios de baterías de litio presentan un comportamiento distinto, y actualmente se investigan soluciones específicas: desde sistemas de detección temprana de sobrecalentamiento (sensores térmicos infrarrojos que alerten si un coche aparcado supera una temperatura umbral), hasta mantas ignífugas que puedan desplegarse sobre un vehículo en llamas para confinar el fuego. Bomberos en España y Europa están actualizando sus protocolos: hoy suelen emplear grandes cantidades de agua para enfriar baterías (incluso sumergiendo el coche en contenedores llenos de agua cuando es posible). En algunos aparcamientos se están instalando cubetas drenantes especiales en las plazas con cargadores, para recoger agua contaminada y evitar daños estructurales por el calor. Otra tendencia es separar los puntos de carga en zonas ventiladas y dotarlas de extinción automática localizada (por ejemplo, detectores y rociadores focalizados sobre los cargadores de alto voltaje). Si bien la normativa española aún no contiene apartados específicos sobre V.E. en garajes, es previsible que en próximas revisiones del CTE o guías de bomberos se introduzcan consideraciones al respecto, atendiendo a este “nuevo desafío” reconocido por los expertos.
- Innovaciones en sistemas de protección: La industria de PCI no se detiene y está aportando mejoras aplicables a garajes. Por un lado, los sistemas inteligentes de detección: ahora hay detectores multisensor que reducen falsas alarmas discriminando humo de combustión vs. humo de tubo de escape. También se ve la integración de la detección con el control de humos: sistemas que, al detectar un incendio en un sector del garaje, regulan los ventiladores para confinar el humo, evitando que inunde todo el nivel. Por otro lado, los rociadores de respuesta rápida con bulbos de 57 °C podrían utilizarse en garajes para reaccionar antes (aunque hay que balancear que no actúen por falsas alarmas térmicas). Los agua nebulizada ya comentados son una tecnología emergente prometedora para espacios confinados como garajes, porque logran efectos de sofocación con menos agua y daño colateral. Incluso se exploran sistemas automáticos móviles: pequeños robots extinguidores que podrían desplazarse en un parking robotizado hacia el vehículo en llamas y descargar agente extintor dirigido (esto aún conceptual). En resumen, la situación actual es de refuerzo de medidas clásicas (ventilación, detección, sectorización) a la vez que se investiga e invierte en nuevas soluciones ante retos como los vehículos eléctricos.
- Concienciación y formación: A nivel de cultura de seguridad, hoy existe mayor conciencia entre propietarios y administradores de garajes sobre la importancia de la PCI. Las empresas mantenedoras certificadas, obligadas por el RIPCI, realizan inspecciones regulares y reportan deficiencias (por ejemplo, BIE obstruidas por coches mal aparcados, extintores descargados, puertas cortafuego que se bloquean abiertas, etc.). Las Comunidades de Propietarios reciben información y muchas han instalado sistemas aunque no fueran estrictamente obligatorios (por ejemplo, detección en garajes pequeños comunitarios, solo por seguridad añadida). Los bomberos, por su parte, realizan visitas preventivas a garajes de gran capacidad para familiarizarse con su distribución y comprobar que las instalaciones de protección funcionan (en algunas ciudades españolas se hacen inspecciones aleatorias de hidrantes y BIE en aparcamientos públicos). Todo esto redunda en una mejora paulatina: un garaje construido y mantenido en 2025 es, en general, mucho más seguro que uno de 1980. No obstante, los incidentes recientes recuerdan que nunca hay que caer en la complacencia. La evolución de los riesgos (coches más potentes, materiales más ligeros pero inflamables, nuevos vectores energéticos como hidrógeno en un futuro) implica que la normativa y las medidas de protección deben seguir actualizándose continuamente, apoyándose en las lecciones aprendidas de cada incendio.
6. Comparativa con normativas de otros países (EE.UU. y Europa)
Para poner en contexto la normativa española de protección contra incendios en garajes, resulta útil compararla con la de otros entornos, como Estados Unidos (NFPA/IBC) y Europa. La siguiente tabla resume algunas diferencias y similitudes clave:
Aspecto | España – CTE DB-SI / RIPCI | EE.UU. – NFPA 88A / IBC | Europa (ej. Reino Unido / EN) |
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Exigencia de rociadores automáticos | Solo obligatorios en garajes robotizados prevencion.asepeyo.es. En garajes convencionales, no exigidos por CTE salvo edificios muy grandes (p.ej. >5.000 m² o gran altura, según usos) prevencion.asepeyo.es. Su instalación se recomienda como mejora de seguridad. | Obligatorios en nuevos parkings (abiertos y cerrados) según NFPA 88A-2023 nfsa.org. IBC 2021 ya requería sprinklers en garajes abiertos >55 ft de alto o >4.460 m² nfsa.org. Históricamente, los aparcamientos abiertos podían quedar exentos, pero esto se ha endurecido por los incendios recientes. | No existe criterio unificado europeo; depende de cada país. En general, los códigos europeos no exigen rociadores en aparcamientos abiertos y solo en subterráneos de tamaño muy grande o riesgo especial. Reino Unido, por ejemplo, no obliga rociadores en parkings estándar (focaliza en ventilación y resistencia estructural), aunque tras incendios como Liverpool 2017 se debate su incorporación. Las normas EN12845 se aplican si se instalan rociadores voluntariamente. |
Detección automática de incendios | Obligatoria en garajes convencionales >500 m² (detectores de incendio conectados a alarma) prevencion.asepeyo.es. En garajes <500 m², no requerida por CTE. En garajes robotizados, no se exige detección automática, solo pulsadores manuales prevencion.asepeyo.es. | No es obligatoria en muchos casos si hay sprinklers. NFPA 88A no requiere detectores de humo en parkings abiertos ni cerrados equipados con rociadores; la detección suele limitarse a estaciones manuales (pull stations) en salidas y quizás detectores de monóxido para ventilación. Códigos locales pueden exigir detección en garajes subterráneos sin rociadores, pero en general la filosofía estadounidense es confiar en sprinklers en lugar de detección temprana. | La mayoría de países europeos siguen criterios similares a España: detección obligatoria en aparcamientos subterráneos a partir de cierto tamaño (p.ej. en Francia y Alemania se suele exigir detección en parkings bajo rasante de uso público). En Reino Unido no es común instalar detectores de humo en garajes debido a falsas alarmas; se prefiere detección de monóxido para control de ventilación y alarmas manuales. En cualquier caso, las normas EN54 y UNE 23007-14 se utilizan para diseño cuando se instalan sistemas de detección. |
Bocas de incendio vs. columna seca | CTE requiere BIE de 25 mm a partir de 500 m² (excluyendo robotizados) prevencion.asepeyo.es. Además, columna seca si >3 sótanos o >4 plantas prevencion.asepeyo.es. Es decir, en un parking de varias plantas se tienen ambos: BIE para uso inicial y columna seca para bomberos. | En EE.UU. no se usan BIE (hose reels) para el público. En su lugar, los códigos contemplan standpipes (columna húmeda o seca) para bomberos en edificios altos. Los garajes de varias plantas deben tener standpipe Clase I (conexiones 2½” para bomberos) si exceden 10 m de altura aprox .nfsa.org. No se proporcionan mangueras para ocupantes (Clase II) porque NFPA prefiere que solo bomberos combatan fuegos grandes. En garajes abiertos de baja altura, puede no haber standpipe alguno. | En Europa continental, muchos países sí equipan BIE (o hidrantes de interior) en aparcamientos grandes, similar a España. En Francia, por ejemplo, se instalan RIA (Robinets d’Incendie Armés, equivalente a BIE) en parkings subterráneos públicos. Reino Unido en cambio sigue la línea anglosajona: no provee mangueras para uso de ocupantes en aparcamientos; confía en bomberos con sus equipos. Las columnas secas se requieren comúnmente en parkings subterráneos (>1 nivel) para facilitar a bomberos. |
Ventilación y control de humos | Muy exigido por CTE: garajes cerrados deben tener SCTEH mecánico calculado según UNE 23585 cottesgroup.com. Aparcamientos abiertos: se consideran ventilados naturalmente si cumplen % de aberturas. Robotizados: extracción mecánica mínima 3 renovaciones/h cottesgroup.com. | Los códigos internacionales requieren ventilación contra humo pero con enfoques distintos. El International Fire Code (IFC) suele pedir ventilación mecánica en garajes subterráneos (ej. 9.000 m³/h por cada 1.000 m², y detectores de CO para control). Los garajes abiertos se consideran suficientemente ventilados si cumplen criterios (aberturas en un % de perímetro y altura). Tradicionalmente, en EE.UU. el control de humos se centra más en extracción de humo para facilitar labores de bomberos una vez evacuado, más que en mantener visibilidad para los ocupantes. Por ello, algunos parkings solo tienen ventilación normal (para CO) y ventiladores de purga de humo manual que bomberos activan al llegar, en lugar de sistemas automáticos diseñados para estratificar humo como en España. | La mayoría de países europeos siguen las directrices de normas EN 12101 y equivalentes: garajes subterráneos con sistemas de extracción de humos dimensionados para mantener una capa libre de humo. Por ejemplo, en Francia se exige extracción de 600 °C durante 1 hora en parkings cerrados; en Alemania, a menudo se piden sistemas de ventilación forzada con control de incendios en parkings grandes. Reino Unido ha adoptado sistemas de ventilación por impulso (jet fans) en muchos aparcamientos, de acuerdo con guía BS 7346, aunque su objetivo principal es mover el humo fuera post-incendio. En general, la filosofía europea está alineada con la española en cuanto a mantener condiciones de evacuación seguras mediante control de humos automático. |
Resistencia al fuego estructural | CTE exige estructura con R 120 min en garajes habituales (EI-120 en forjados, vigas) para contener colapso durante la evacuación codigotecnico.org. En aparcamientos robotizados bajo otros usos, incluso R 180 para mayor seguridad de estructura codigotecnico.org. Puertas cortafuego EI2 60 o 90 según separación. | Los códigos americanos a veces relajan la resistencia en parkings abiertos: por ser naturalmente ventilados, el IBC permite considerar menor carga de fuego; algunas estructuras abiertas de hormigón se construyen con R ~2 h, pero se han dado casos sin rociadores donde el colapso ocurrió (p.ej. incendio de Liverpool 2017 en parking sin rociadores). En parkings cerrados, la estructura se asimila a uso de almacenamiento S-2, pidiendo típicamente 2 h de resistencia para elementos principales en sótanos. NFPA recomienda que si hay sprinklers, se puede reducir algo la resistencia exigida. | La normativa europea varía: p.ej. en Reino Unido muchos parkings abiertos de pocas plantas se consideran “estructura exterior” con exigencias menores de resistencia al fuego, confiando en evacuación rápida y bomberos. En Francia e Italia, la estructura de parkings subterráneos suele pedirse EI 120 similar a España. Una tendencia reciente en Europa es evaluar el efecto de incendios de vehículos múltiples: se están realizando ensayos de curva de fuego real en parking (que puede ser más agresiva que la estándar celulósica), para quizás ajustar las exigencias de resistencia o protecciones pasivas en el futuro. |
Comentarios: En general, España y Europa ponen más énfasis en la evacuación segura de personas (control de humos, sectorización, tiempo de resistencia) desde garajes, mientras que EE.UU. históricamente se centró más en la protección de la propiedad mediante sprinklers. Sin embargo, las líneas se están acercando: Europa está introduciendo más rociadores en estos recintos, y EE.UU. ha endurecido requerimientos de sprinklers ante incendios severos en garajes supuestamente “seguros”. Por ejemplo, la NFPA y el código internacional ahora exigen sprinklers incluso en aparcamientos abiertos nuevos debido al incremento de riesgo nfsa.org, reconociendo que los vehículos actuales arden con mayor intensidad que décadas atrás nfsa.org. Otra diferencia notable es la cuestión de las mangueras de usuario: en países latinos es común equipar BIE para una primera intervención, mientras que en el mundo anglosajón se retiraron las mangueras de uso público por ser poco efectivas en manos inexpertas – se prefiere que el público solo evacue y que el combate lo hagan sprinklers o bomberos profesionales. Esto explica por qué en España un parking de 600 m² tendrá BIE de 25 mm, mientras uno equivalente en EE.UU. no tendrá hose reels, pero sí quizá un standpipe para bomberos.
En cuanto a señalización y alarmas, las diferencias son menores ya que ambas se basan en estándares internacionales ISO/NFPA: en EE.UU. los letreros de salida son verdes o rojos con texto “EXIT”, mientras que en Europa son pictogramas verdes; ambos cumplen su función y deben ser autónomos. Lo importante es que en cualquier país un aparcamiento moderno significativo tendrá: detección/alarma (salvo que sprinklers compensen), algún medio manual (extintores en todos), medios para bomberos (hidrantes/standpipe) y control de humos si es cerrado. Las regulaciones locales pueden priorizar unos sistemas u otros, pero todas persiguen minimizar el riesgo para las personas y limitar los daños materiales en caso de incendio en estos espacios de alto peligro.
Bibliografía normativa de referencia: CTE DB-SI (Real Decreto 314/2006 y posteriores modificaciones), RIPCI (RD 513/2017), Reglamento de Seguridad Contra Incendios en Establecimientos Industriales (RD 2267/2004), Normas UNE de sistemas PCI (UNE 23007-14 detección boe.es, UNE 23585 control de humos, UNE 23500 abastecimiento de agua, UNE-EN 12845 rociadores boe.es, UNE-EN 671 BIE, UNE 23120 extintores, UNE 23033 señalización extintoresa2j.es, etc.), NFPA 88A Standard for Parking Structures, International Building Code (IBC) y Fire Code (IFC), y reglamentaciones europeas nacionales (Approved Document B de UK, normas francesas de ERP para parkings, guía CFPA-Europe No.29:2013 “Fire safety in car parks”, entre otras). Estas fuentes contienen el detalle técnico y justifican las comparativas expuestas. Cada instalación en garajes debe estudiarse conforme a dichas referencias para garantizar un nivel de seguridad contra incendios óptimo adaptado al riesgo presente. prevencion.asepeyo.es prevencion.asepeyo.es ctif.orgnfsa.org
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